El continente africano centra su esperanza de futuro en la Educación
África se despierta cada mañana sabiendo que «hoy no es mi día» (baste el dato de que un niño muere allí cada tres segundos por causas evitables), pero el pasado viernes sí lo fue: el Día de África se celebra el 25 de mayo para conmemorar la creación en 1963 de la Organización para la Unidad Africana, que en 1999 se convirtió en la Unión Africana. Una jornada que combina la protesta por su extrema marginación en el Orden Mundial (el mundo rico sigue siendo rácano en su ayuda al desarrollo, que cayó un 5% en el último año) y una esperanza que, a lomos de la educación, se resiste a apagarse.
«Confiamos en la educación como primer paso en el camino del desarrollo», dijo la organización no gubernamental española Manos Unidas, que constató una doble realidad en ese ámbito. En la cara, que «nueve de cada diez niños acceden a la enseñanza primaria». Y en la cruz, que «sólo seis la finalizarán» (apenas la mitad en condiciones de manejarse bien con letras y números), y que eso se suma a la asignatura pendiente del analfabetismo de 140 millones (85 millones mujeres) de adultos.
La ONG, que en la última década ha invertido más de 69 millones de euros en casi 1.400 proyectos formativos en el continente, sigue empeñada en conseguir ese reto con su campaña 'Sabes leer, ellos no. Podemos cambiarlo'.
Otro desafío clave es la salud, cuya deficiente atención es, junto a problemas de fondo como el pésimo acceso al agua potable y a los servicios de saneamiento, la gran responsable de la sangría humana que diezma el continente, sobre todo al sur del Sahara.
Otra ONG española, Save the Children, apunta dos datos que provocan sonrojo. Uno, que «800 niños mueren cada día en el África subsahariana por no poder pagar los costes de la sanidad pública», que no es gratuita. Y el otro, que hacer que lo fuera «costaría 1.500 millones de euros por año, cifra similar al gasto militar de Estados Unidos en Irak durante once días». El beneficio de tal gratuidad sería que se salvarían al año 285.000 vidas infantiles.
La ecuación no plantea dudas, añade la organización no gubernamental. Cuando se introdujo el pago de la atención sanitaria, el acceso a los servicios de salud bajó en promedio un 40%. Cuando se invierte esa tendencia y se garantiza la asistencia gratuita, como ha hecho el Gobierno de Uganda al aumentar del 32% al 54% su financiación del sistema sanitario, «mejora el nivel de salud» de la población. Eso cuesta poco si se compara con los ingentes gastos militares que se han perpetuado pese al final de la guerra fría.
Y lo mismo pasa con esa gran herramienta preventiva que son las vacunas: la del sarampión sólo vale 30 céntimos de euro, pero no llega a quienes la necesitan, y la enfermedad sigue matando a casi un millón de niños africanos.
Ayuda fantasma
El problema es que muchas veces la ayuda al desarrollo del mundo rico pierde eficacia al convertirse en lo que Action Aid International (la organización a la que pertenece la española Ayuda en Acción) llama la «ayuda fantasma», que supone la mitad de la cooperación total y suele estar maleada por intereses comerciales del país donante.
Más allá de la corrupción en los países receptores -un hecho incontestable del que se benefician sobre todo las clases dirigentes, tanto políticas como económicas, a veces con la complacencia o ante la vista gorda de Gobiernos «aliados»--, la ONG alerta contra la torpeza de una estrategia de cooperación que sobrevalora su costosa asistencia técnica (se lleva el 25% de los fondos donados) y que impone «soluciones del Norte» apoyadas en especialistas extranjeros y en recetas de alta tecnología que con demasiada frecuencia se demuestran inaplicables o ineficaces sobre el terreno.
Otro dato vergonzante: cada uno de esos expertos extranjeros cuesta diariamente tanto como el ingreso per cápita anual en los países más pobres.
Pero la actualidad africana apenas se asoma, salvo hambruna o catástrofe, a los medios del mundo rico. Las «pequeñas cosas» (5.000 maestros y 12,000 funcionarios de Zimbabue, cuyo salario ha «vuelto» a 1965 por la hiperinflación, que se van al empleo doméstico o incluso a la prostitución) se pierden en el torrente informativo de los grandes escenarios internacionales.
Y hasta en los «lugares secundarios» que lograron colarse en las noticias pintan bastos. Según una encuesta de Reuters AlertNet, las ONGs que trabajan en Darfur (Sudán) admiten su autocensura para poder seguir ayudando a las víctimas del conflicto que ya ha provocado 200.000 muertos y 2,5 millones de refugiados: no pueden hablar de la situación humanitaria (65%), ni de quién los ataca a ellos y a los civiles (78%), ni de las numerosas violaciones en las campañas de terror de las milicias Janjaweed (70%). Pero África también existe. Aunque le cuesta tener «su día».
Cifras para pensar:
* El último informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) señala que de los últimos 50 países con el Índice de Desarrollo más bajo, 40 son africanos.
* Cerca de 936 millones de personas viven en África, de ellas, 315 millones lo hacen en la pobreza a pesar de las enormes riquezas del continente.
* 460 millones tienen dificultades para alimentarse, 50 millones pasan hambre crónica.
* 300 millones, en su mayoría habitantes de zonas rurales, no tienen acceso al agua potable, 313 millones, carecen de servicios básicos de saneamiento.
* Más de 200.000 niños son utilizados como soldados, esclavos domésticos o dedicados a la prostitución.
* Más de 78 millones de niños están sin escolarizar, la mayor parte, son niñas.
* En África subsahariana hay 28 millones y medio de infectados por el VIH, de los que el 60 por ciento son mujeres.
* Solo en dos conflictos: Sudán - Darfur y República Democrática del Congo, se han producido de una u otra manera, 7 millones de víctimas.
* Cerca de 936 millones de personas viven en África, de ellas, 315 millones lo hacen en la pobreza a pesar de las enormes riquezas del continente.
* 460 millones tienen dificultades para alimentarse, 50 millones pasan hambre crónica.
* 300 millones, en su mayoría habitantes de zonas rurales, no tienen acceso al agua potable, 313 millones, carecen de servicios básicos de saneamiento.
* Más de 200.000 niños son utilizados como soldados, esclavos domésticos o dedicados a la prostitución.
* Más de 78 millones de niños están sin escolarizar, la mayor parte, son niñas.
* En África subsahariana hay 28 millones y medio de infectados por el VIH, de los que el 60 por ciento son mujeres.
* Solo en dos conflictos: Sudán - Darfur y República Democrática del Congo, se han producido de una u otra manera, 7 millones de víctimas.
Y todo esto en el llamado continente de la esperanza dada la juventud de sus habitantes. Un continente con enormes riquezas naturales, cuya historia, cultura, leyendas y enormes posibilidades turísticas lo convierten en una fuente de recursos.
Fuentes: CICR/Manos Unidas
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